Si me siguen en Twitter, ya saben que estoy de plácemes por el inicio del Mundial de Sudáfrica. Llámenme fanático, weyes, o enajenado, pero no lo puedo evitar.

Me encanta el futbol. Es un deporte que me ha entusiasmado desde niño. ¿Por qué? Es difícil definirlo.

De repente miras a Romario en la televisión, cuando tienes 9 años, y te maravilla la forma en cucharea al balón, o le hace una finta definitiva a un jugador del Real Madrid, para marcar un gol:

A partir de ese momento, buscas prodigios similares. Miras cientos de partidos execrables, con la esperanza de encontrar uno.

Y sí, después creces, y te enteras de que las televisoras, los gobiernos (hola, Fecal), y las corporaciones (goeee) exprimen el deporte para su propio beneficio, despojándolo de su inocencia:

Estoy consciente de eso.

Pero también conservo la idea de que muchos jugadores siguen amando el juego. De que figuras como Messi, Rooney, o Robinho tocan el balón como lo hacían cuando eran niños, cuando con piedras o un par de suéteres armaban la portería, en la calle o en el patio de la escuela.

Es mi visión cursi del futbol. Al estilo Súper-Campeones. Muy apegada a lo que Juan Villoro dice en “Dios es redondo”:

“En perpetuo estado de infancia, el aficionado al futbol busca capacidad para la magia. Aunque contemple un encuentro lastrado por el dopaje, el mercadeo y las impresentables bajezas de los ultras, puede encontrar ahí la playa desconocida donde alguien domina un balón por el gusto de hacerlo”.

Pienso que esas expectativas de encontrar algo extraordinario se exacerban cada cuatro años, en los Mundiales. Por la magnitud del evento, y por el hecho de que cada equipo representa una nación.

Creo que en los hinchas de las selecciones se despiertan emociones más crudas, más primitivas. Lo que en ciertas circunstancias puede derivar en vandalismo. Pero en muchas otras puede ser un pretexto para crear lazos. Cierta fraternidad. Incluso aunque no se vea el mejor futbol, porque ese se presenta en la Liga de Campeones de Europa.

ARGENTINA

Foto de AP

Hasta el momento, en Sudáfrica 2010, las potencias han decepcionado. Francia, Argentina e Inglaterra no han mostrado pasta de campeón. Ha habido pocos goles (el absurdo es que Corea del Sur sea el equipo más goleador del torneo, luego de ganarle 2-0 a Grecia).

Falta ver a Holanda y a España. A mi entender, los dos favoritos para levantar el trofeo el 11 de julio. Resta ver grandes partidos (espero). Y ser testigos del momento en que México avance a la siguiente ronda… o se quede en la fase de grupos.

Apenas vamos agarrando vuelo. Que siga rodando el malquerido Jabulani. Y un saludo a la mamá del portero Green:

Green

#FAIL --- Foto de AP

3 Comments:

  1. Rubo said...
    Por lo que se ha visto hasta ahora yo confío plenamente en que Corea del Sur dará la sorpresa y ganará el mundial.
    El R. said...
    Si eso pasa, me pongo un vestido, y te invito a bailar... no, espera, eso está muy en la onda del "Loco" Valdez.

    Mejor te invito una hamburguesa.
    Botica Pop said...
    green se quedó como menso.

    qué bonito post, ganso.

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