Sí, lo acepto. Soy un resentido social, un naco, un jodido, como quieran decirme. Pero weeeeee, neta, los fresas sí dan como penita ¿no? Digo, no son todos, ya sé que no se vale generalizar. Pero a fin de cuentas como no puedo tener todos los objetos que tienen y soy un pinche envidioso, los puedo criticar como se me venga en gana y sacar conclusiones con escaso fundamento.

Esto porque, debido a causas que explicaré más adelante (en otro post), ya llevo una semana visitando Coyoacán y zonas adyacentes. Y no mamen, me he topado con cada individuo de la categoría fresa mamón con varo.

Hoy, por ejemplo, un weyesín me preguntó cuánto costaba un boleto del metro. Osea weeee, ¡¡nunca en su vida se ha trepado a este transporte proletario!! De hecho se impactó cuando le dije que la mayoría de las veces uno no encuentra lugar en el vagón y hay que ir parado mientras a uno le frotan hasta la rabadilla.

Luego una morra que estaba leyendo un e-book en su mac (oseaaa weeee, pura cosa bonita) sacó a relucir el tema de los Arieles. Recordamos que en la última entrega Carlos Reygadas había ganado muchos premios por Luz Silenciosa. Entonces comenté:

Me cae mal ese wey, sus películas son muy pretensiosas.

Ella respondió:

A mí me cae chido. De hecho fui a su fiesta en la Condechi, para celebrar el premio. Buenísimo todo eh, neta.


Uy sí, uy sí. Carlos Reygadas me invita a sus fiestas y por eso me baño con él y de paso me bebo el agua. Mmmñiahh. Puras putas pretensiones. Vacuidad. Ignorancia. Banalidad. Osea weee, se creen intelectuales porque leen los libros que deben leer para ser intelectuales. También por eso van a la Cineteca, porque deben ver cine de arte. Y así en otras cuestiones como la ropa o la nave. Todos esos símbolos que los acreditan como gente nice.

Ahora entiendo porqué los panistas y en general los aristócratas no se dan cuenta de que el país se pudre en desigualdad. Ellos viven en otro planeta. No salen de la condechi, de coyo o de la casa que tienen sus parents cerquita de Cuernavaca.

Y ya ni hablemos de los fresasmamonesconvaro que van a la escuela de cine y televisión. Uta weee. Después de la uni se dedican a la publicidad y luego con el varo de sus domingos se producen su propia movie, la cual, obviamente, será una chaqueta snob sobre unos publicistas que viven en colonia pudiente y que por más que se cogen a las mejores viejas no encuentran el camino hacia la felicidad.

Ufff.

Perdón por este post tan falto de razones, pero tendrían que pasar una semana junto a fresasmamonesconvaro para sentir lo que yo siento ahora. Pura pinche envidia, segurito eso es.

Antes de contar mi día, quisiera dar el veredicto sobre el post anterior: a fin de cuentas no importa si el garabato es un pito o un ganso visto desde las alturas. Eliziux recibirá unos sapes la próxima vez que la vea. ¿Tengo que dar un motivo? Mmmm. ¿Qué tal su look emo? (Ji ji, estoy bromeando Elizabeta)

Ahora sí, les platico:

La mona trepada al cuello

Voy pajareando en el metro y en eso se suben tres morros como de 16 años. Los tres traen la mona encima. Le van dando con todo al activo, al solvente, al thinner. La gente alrededor olfatea como sabueso hasta ubicar a los moneadores. Pronto se alejan de ellos. Yo también. Ellos gesticulan y siguen en su desmadre. Me bajo en Guerrero. Trato de pensar en algo como “pobres weyes, ojalá que alguien los ayude”. Pero pronto me siento hipócrita. Sigo caminando.

Qué recuerdos del 22

Yo sé que ustedes no saben quién es Javier Aranda. Y ni tienen por qué saberlo. Yo sólo lo supe porque cuando hacía prácticas en canal 22 él era el jefe del área de noticias. Siempre me pareció un buen tipo. Hoy se subió en el metro Etiopía. “Así que los intelectuales también viajan en metro eh, qué chido”. Entre otras cosas recuerdo que alguna vez ganó un premio rifadísimo con un ensayo sobre el Quijote de la Mancha. Pero no sé qué premio era. Estoy bien taradito.

¡Tienen películas porno!

No me pregunten por qué pero hoy conocí la bóveda donde la Cineteca Nacional resguarda su acervo fílmico. Un sinfín de películas, series de televisión, conciertos. De tocho morocho. Incluso pornografía. Esto en caso de que se animen a hacer una tesis sobre este género tan, eh, digamos húmedo. Yo ya les pasé el tip.

Ojos azules

Metro Coyoacán. Desciendo por las escaleras para tomar la dirección de Indios Verdes y en eso me doy cuenta de que una chava está sentada en el piso llorando quién sabe por qué. Tiene la cabeza hundida entre las rodillas y sólo por momentos mira a la gente que baja del vagón. Yo no sé si por morbo o por otra cosa (andaba como eufórico), pero siento ganas de preguntarle si está bien.

Pero no me animo. Dejo pasar como cinco vagones y la miro cada vez que puedo. Sigue llorando. “Chale, como no le quito los ojos de encima debe de pensar que soy un pervertido”. Y seguro fue así. Pero no quería dejarle esa impresión así que a fin de cuentas me acerco y le pregunto:

- ¿Estás bien? (Claro idiota, lloro desconsolada siempre que estoy feliz. ¡Qué pendejo soy!)

- Pues, más o menos.

- ¿No necesitas ayuda?

Tiene ojos azules. Lindísimos.

- No, gracias.

- ¿Broncas?

- Sí, de amor.

Yo sé que aquí esto se lee como guión de telenovela barata, pero en el momento todo se dio de forma muy natural.

- No te preocupes, con el tiempo se olvida todo. Así es esto. (¿Por qué dije algo así? ¿Me creí el doctor corazón o qué pedo?)

- Gracias, espero que sí.

Siento que dije algo estúpido. Así que miro hacia el túnel. Un silencio incómodo. Finalmente llega el vagón y lo único que hago es darle una palmadita en el hombro y decirle:

- Cuídate.

Ella sonríe y contesta:

- Gracias.

Ya en el vagón me pongo a pensar que yo nunca hago cosas así. Pero bueno, lo hice. Y mi única intención era mostrarle un poco de apoyo, aunque fuera un extraño.

¿Ustedes me hubieran considerado un pervertido? ¿Algo así como un Cabeza de Sandía?

Explico la situación: cierta amiga bloguera me somete a una fuerte carga de violencia psicológica. Resisto unos cuantos minutos. Sin embargo está friegue y friegue. Hasta que llega el punto en el que le digo, como si fuéramos compañeritos de primaria, que las cortáramos en ese momento. Ella accede, pero después agrega una imagen tan polémica como reveladora:




De ahí surge el debate que le da vida a este post. Dígame usted, querido lector de La Casa del Ganso:

¿Qué es lo que representa el garabato que se observa en la ventana de Messenger? A continuación las opciones:


a) Un pito (o un falo para que no se oiga tan ofensivo)


b) Unas tijeras


c) Una nave espacial


d) Un mono pelando una manzana (si elige esta opción le recomendamos visitar un psicólogo)


¡Llame ya! En base a lo que usted opine decidiré si le doy una sape a la bloguera en cuestión o sòlo le pido disculpas por haber malinterpretado su obra de arte contemporáneo.


A estas alturas todos tienen algo que decir sobre el reformón energético y la supuesta priviatización de PEMEX. Darle click para leer más mejor:



¿Qué será lo mejor para Petróleos Mexicanos? ¿Qué opinarán las blogueras vampiro al respecto? ¿Por qué me chuparon la sangre? Y lo más importante: ¿dónde carajo dejé el control remoto? Quiero respuestas, ¡respuestas!!!

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