Tiene buena delantera, ¿o no? Me refiero al equipo, por supuesto. Bien por Récord y su especial sobre la Liga 08. Mal por mí y mis postos cada vez más decadentes. Prometo trabajar en ello, pero mientras, tengo que prepararme porque al rato me toca práctica y tengo que cubrir el entrenamiento de Pumas.

¿Algún mensaje para el "Tuca" Ferretti?



Acabo de ser víctima de una broma que sólo pudo ser planeada por la mente siniestra de una delincuente juvenil.

Estaba yo soñando con modelos tailandesas cuando sonó el teléfono y mi madre buena tuvo a bien contestar.

Desperté en ese momento, me limpié la baba que se me acumuló en el cachete y pensé “¿qué onda, quién será?”

-Ganso, te hablan- me dijo mi mamá.

-¿Quién es?

-Margarita.

-¿Uh?

Tomé el teléfono. Era una voz de mujer, sonaba un poco emo, pero la verdad no me pareció conocida.

-¿Ganso?

-Sí.

-Hola, habla Margarita, ¿te acuerdas de mí?

PAUSA.

Este fue uno de esos momentos en los que la ratita de tu cerebro dice “ah chingá, y esta morra quién es”. Y como nomás no logras ubicarla, decides hacerte wey hasta que obtengas más datos.

-No, no me acuerdo de ti. ¿De dónde te conozco? ¿Margarita, verdad?

-Sí, soy Margarita. Me conociste en el Dober (conocido bar nezatlense), ahí me diste tu número…

Momento de duda: ¿estaba tan borracho que ya no me acuerdo de haberle dado mi número a una tal Margarita? Ps igual…

Entonces lo mejor era seguir haciéndome wey, porque una parte de mí también pensó algo como “a huevo, soy bien galán y la chava me llamó casi un siglo después”. Porque hace un buen que no voy al Dober.

-En el Dober eh, ¡ah claro, Margarita! Sí, creo que ya me acordé. ¿Qué onda, cómo has estado?

-Bien.

- Oye, pero se me hace raro que me llames, después de tanto tiempo.

-Sí, es que, me enteré de que triunfaste en la vida.

- ¿Cómo?

- Sí, me dijeron que ya trabajas en el Reforma…

Otra laguna mental: ¿a quién diablos le había contado que estaba en el taller de Reforma? A nadie del Dober, ¿o sí? ¿A margarita? ¿Uh? Pero ya saben, el perro que todo hombre lleva dentro me nubló las ideas y en uno de esos debrayes llegué a pensar algo como: ok, no tengo ni idea de quién es, pero si le di mi fon, seguro es bonita, y si me habló es que algo quiere, y los hoteles de Tlalpan son econó… bueno, no llegué a tanto.

- No, no tanto así, todavía no trabajo en el Reforma, pero intent…

- ¿Ganso?

- ¿Sí?

¿No sabes quién soy?

Respondí inocente.

- ¿Margarita?

- ¿Neta no sabes?

-¿Uh?

- SOY ELIZA...

¡ZAZ!










Pueden llenar el espacio de arriba con un cúmulo de risas burlonas que esta joven bloguera me hizo llegar a través del teléfono. La neta es que sí caí, caí redondito. Jajaja. Me la aplicó. Ni hablar. Me puse de a pechito y ella aprovechó la oportunidad.

Pero juro que buscaré venganza, tal como lo hizo Bart Simpson al agitar de a madres la cerveza de Homero en el día de los inocentes. Aguas Eliza, nomás te aviso… Y en cuanto a Margarita, fue bueno imaginarla durante unos minutos. Yo la visualicé más o menos así…

Fue lindo mientras duró.

UPDATE: Eufrosina amenazó con demandarme si no quitaba su video. Como no tengo billete para comprar a sus abogados, mejor le hago caso.

Estando en el taller de Reforma, descubrí que este periódico tiene una sección de sociales que causa furor entre la gente nice, la cual muere por salir en alguna de sus páginas.

Me refiero a Club, un suplemento que aparece todos los viernes y que se caracteriza por mostrar imágenes de la gente bonita del país, además de crónicas sobre sus eventos o sucesos familiares.

Les pondré un ejemplo: digamos que la señorita Lucrecia Vergara de la Concha y Pérez, cuya foto aparece abajo, le va a entregar el tesorito por primera vez a su novio, Miguel Prieto de la Colina.

Como es un hecho que a todos nos interesa y no dormimos por saber cuál será su desenlace, algún reportero de Club acudirá al lugar de los hechos acompañado de uno o varios fotógrafos, quienes estarán al pendiente de hasta el más mínimo detalle del descorche de la señorita Vergara.

"Somos más guapos y ricos que tú":

dicen que dijo la dulce pareja de enamorados

Una vez realizada la cobertura, hay que esperar a que la nota aparezca el próximo viernes. Ahora que, si no quieres esperar tanto, puedes ir al portal de REFORMA y bajar las fotos de una vez.

Y si de plano quieres darle un toque especial al asunto, y esto lo acabo de descubrir hace un rato, puedes pedir que te manden alguna de las fotos impresa en un mousepad, en una taza, en un playera, ¡o hasta en formato de rompecabezas!

¿Se imaginan lo divertido que sería pasar toda una tarde de domingo armando la foto que dejó para la historia el primer acostón de Miguel y Lucrecia? Yo ya hice mi pedido. ¿Y tú, qué esperas!

Hoy me levanté a las 13:00 horas y todavía tengo sueño. Claro que me dormí como a las 3 AM, porque fuimos a festejar “la graduación” y luego llegué a casa y me puse a ver la tele. Pero de todos modos siento que podría dormir hasta el próximo siglo.

Ayer fue un día muy especial (sí, vamos a darle a la cursilería). Tuvimos una comida en la terraza del Reforma. Chom chom yomi yomi. Después se entregaron premios en categorías chistosonas. Y al final cada quién contó sus impresiones generales sobre el taller.

La mayoría coincidió en que fue una experiencia “que te cambia la vida”. Y pues sí, a muchos casi se nos salen las de cocodrilo al momento de soltar nuestro relato. Incluso a mí, que tengo la sensibilidad de una engrapadora. Pero es que neta, este taller fue como subirse a una montaña rusa elaborada con materiales chinos. Pura adrenalina. Incluso hoy me desperté preguntándome si no se me había hecho tarde para correr al evento y escribir la nota.

Si tienen la oportunidad de inscribirse en la próxima convocatoria no lo piensen ni tantito. Terminé muy satisfecho.

Hoy es mi penúltimo día en el taller de redacción del periódico Reforma.

Fueron seis semanas en las que hubo de todo: risas, lágrimas, sexo casual, mota… no, no, perdón, eso fue en la universidad. Cof cof . Les decía que el taller fue una experiencia de esas que “te marcan de por vida”, aunque se escuche mamón, la verdad es que así fue.

Sin embargo, una vez que termine, la pregunta será obligada: ¿a qué me voy a dedicar? Obvio existe la remota posibilidad de que a los carnales de Reforma les haya gustado mi trabajo y digan “está medio güey pero, con 12 horas diarias de chinga, tal vez pueda mejorar”.

Aunque igual y no me llaman, y usan mi currículum para limpiar los baños. Por eso creo que es necesario establecer un plan de acción. Una lista de actividades que podría realizar en cuanto vuelva a ser un vago sin uso ni beneficio.

Estas son algunas de las posibilidades:

1.- Podría terminar mi proyecto para serie de televisión. Es la historia de una familia común. El papá es gordo y estúpido. La madre es sexualmente atractiva, usa un peinado raro y reprime su ira con frecuencia. La hija es una sabionda, su hermano un desmadre y todavía no sé si incluir a un perro, un gato o una bebé.

2.-Podría quemar en DVD todos los debates sobre la reforma energética y venderlos en el metro. Seguro usted, querido lector, quiere tener una copia de estos encuentros para animar sus reuniones familiares.

3.- Podría formar un grupo de ayuda para morras con problemas de déficit de atención y alcoholismo. Cinco por ciento de descuento si eres hija de Alejandra Guzmán.

4.- Podría levantarme temprano todos los días, ponerme tacuche y luego ir a todos los medios de la ciudad para dejar mi currículum y esperar a que… nah, mejor espero a que descubran lo talentoso y guapo que soy. O vendo droga, es lo de hoy.

¿A ustedes se les ocurre alguna otra actividad productiva? Por fa díganme, no sean gachos.

Pero antes necesito saber qué onda con la blogósfera. ¿Alguien podría ponerme al tanto? ¿Hay nuevos chismes? ¿Embarazos no deseados? ¿Rupturas? ¿Ligues? ¿Postos que pasarán a la historia? ¿Sirako ya es mamá?


Cualquier dato que puedan rolarme será de utilidad.

El miércoles me tocó práctica en el taller de periodismo (el de REFORMA, remember?) Fui a la Arena México junto con un reportero de la sección de Deportes del periódico METRO. La onda era entrevistar a un luchador que se llama Metálico y de paso a cualquier otro que anduviera por ahí.

Y bueno, yo llegué bien temprano a la Arena porque salí de mi casa como con 100 mil horas de anticipación. El reportero iba a tardar un buen, así que mientras tanto me puse a vagar por los alrededores a ver si me encontraba a algún “personaje noticioso” que se dejara entrevistar.

Nunca sabes en qué momento puedes toparte a Luis Miguel comprando una torta de tamal, a Sabrina poniéndole aire a sus bubis en la gasolinera o a Manlio Fabio Beltrones buscando micrófonos ocultos en las coladeras, así que siempre es bueno andar prevenido.

De hecho, luego de caminar un rato fui a comprarme un boing y en eso vi que en un estacionamiento cuatro exuberantes damas estaban echándose un cigarrito. De primera intención sólo me di cuenta de que estaban sabrosonas, pero luego recordé que las había visto en algún otro lado. ¿En la tele? ¿En algún table? Nah. Sí había sido en la tele. Eran edecarnes del Consejo Mundial de Lucha Libre.

Me les acerqué para que me contaran qué onda con su vida y la neta también para checar si la mercancía era tan apetitosa como luce en la telera. En cuanto me vieron, Ariana, Yaima, Tania y Linabis pusieron cara de “ash, sácate wey, no estés chingando”. Pero cuando les dije que venía del Reforma, ¡uy! Luego luego la sonrisota. Casi casi me dicen que si no quería entrevistarlas en los vestidores mientras se cambiaban de ropa.

Y ps ya, me contaron que están enojadas porque sus patrones no les dan mucho trabajo y prefieren darle oportunidad a morras que están empezando. Todavía no sé si esa información realmente dio para una nota porque mi editor apenas me va a dar su veredicto.

Lo chafa de la situación fue que, ya vistas de cerquita, las cuatro están medio federicas. Sí tienen lo suyo, sobre todo la cubana que se llama Linabis. Pero así que digas wow, están súper mamis, pues no. Así que si ustedes son fanáticos de estas cuatro damiselas, mejor sigan viéndolas en fotos o en la televisión. Ahí sí levantan, me cae.

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