Infuenza 

Foto tomado de Eneas en Flickr.com

 

Gracias por sus comentarios en el post anterior.

Tomo lo que me dijo El Taquero Narco. La verdad no recuerdo con precisión qué fue lo que dije cuando pasó lo de Mouriño. Es muy probable que me haya hecho el tonto. De ser así, lo lamento.

También pienso en que quizá exageré en el post anterior. No me considero una de esas personas que se toman todo con mucha solemnidad.

El asunto es que desde el viernes me dio coraje pensar en que afuera había personas reales sufriendo la muerte de algún familiar que se infectó con ese virus, y aún así muchos de nosotros hacíamos bromas sobre el asunto.

Esto de la influenza porcina ha desatado varias actitudes.

Ahí están los alarmistas, los que piensan que ya se avecina el fin del mundo y van a las tiendas para hacer compras de pánico. Se llevan como 20 paquetes de cubrebocas, grandes garrafones de agua y demás provisiones.

Luego, están los incrédulos radicales, los que piensan que las autoridades están haciendo grande este asunto para crear una “cortina de humo”.

Creen que se trata de una conspiración del gobierno, de la OMS, el Banco Mundial y las compañías farmacéuticas transnacionales para ocultar medidas que terminarán por chingarnos o para obtener algún beneficio millonario.

(Alguien me contaba en el post anterior que la influenza era como “el chupacabras del 2009”. Ahí tienen un ejemplo).

Casi en la misma categoría, están los que afirman que las autoridades nos están ocultando información. Que están maquillando cifras. Que no sólo son 81 decesos confirmados, como ha reportado la Secretaría de Salud hasta las 22:00 horas de hoy.

Luego, estamos los que no sabemos a quién creerle. Los escépticos moderados. Concuerdo con lo que he leído en algunos blogs. El gobierno y los medios de comunicación nos han mentido tantas veces a los mexicanos, que no hay razón para tragarnos todo lo que nos dicen.

Pero también hay razones para pensar que no puede tratarse de una farsa en la que estarían involucrados ya no sólo los poderes fácticos de México, sino también organismos y gobiernos internacionales.

Entonces, ¿qué queda? ¿Nos ponemos el tapabocas? ¿Sí o no? Hace un rato mi amiga Eliz me preguntaba si lo estaba usando. Le dije que sí. Ella sigue teniendo dudas al respecto. Yo también. Pero creo que, por el momento, no perdemos nada con tomar las medidas básicas de prevención.

Más adelante, si descubrimos que nos engañaron, ya tendremos oportunidad de exigirle cuentas a quien corresponda.

Ya por último, también me preocupa el dato que mencionó en su columna de hoy Ricardo Alemán del Universal.

Dice que el gobierno mexicano reaccionó tarde, porque los primeros brotes se reportaron desde el 13 de abril. Y dicen que esto ocurrió porque en esos días iba a venir Obama y no querían que cancelara su visita a México…

Ya ven, otra elucubración. Siempre llevaremos a cuestas el mentado sospechosismo.

2 Comments:

  1. ge zeta said...
    Incrédulo radical, de esos soy. De esos era más bien. Pero porque pasa lo que has dicho que nos es difícil ahora creer. Aunque realmente no sé bien para donde inclinarme. Veremos qué pasa.
    tazy said...
    yo no creo qeu sea una cortina de humo, qué tanto nos cuesta usar un vil tapabocas??? de hecho cuadno estás enfermo de la tos por educación se debe usar... qué culpa tenemos los demás que andes enfermo?

    no pasa a mayores si uno sí se cuida.

Post a Comment



Blogger Templates by Blog Forum