Lo del título no lo digo yo. Pero muchas personas en México, ante la falta de oportunidades, la impunidad, y la baja remuneración de los empleos formales, llegan a tomar esa decisión, la de unirse al crimen organizado, en sus diversas ramas.

Para ilustrar lo anterior, podemos mirar los datos publicados el día de hoy en el periódico La Jornada:

“Alrededor de 60 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 17 años que habitan en las zonas de mayor violencia generada por el narcotráfico –en 13 entidades federativas– consideran que los capos y los grupos criminales son una alternativa de vida viable y tentadora”

Supongo que, dentro de la estadística anterior, presentada por el investigador Edgardo Buscaglia, del ITAM, hay muchos integrantes de la legión Nini, jóvenes que ni estudian, ni trabajan.

En otra nota de La Jornada, se dice que en México:

“Sólo 36.85 por ciento de la población de entre 15 y 29 años estudia, es decir que más de 60 por ciento de los jóvenes en edad de estudiar (alrededor de 18 millones 443 mil personas) no pueden hacerlo, además de que 22 por ciento (más de 7 millones) de las personas entre 12 y 29 años no estudia ni trabaja”.

Pero el tema va más allá del acceso a la educación. Coincido con lo que escribió Salvador Camarena en una de sus columnas: “se ha esfumado la promesa social de que estudiar sirve”. ¿Para qué? Si gano más vendiendo droga. Secuestrando. Robando.

Incluso aquellos que tienen una licenciatura, o un grado superior, pueden llegar a preguntarse qué caso tuvo estudiar, si ganan muy poco, y no tienen oportunidad de crecer, porque no existe la movilidad social. Entonces, toma fuerza la tentación de unirse al “lado oscuro”. O de plano irse del país.

Al caldo de cultivo que impulsa la vida criminal en México, se agrega la impunidad. En todos los ámbitos. Incluso en la política y la administración pública. Si ves que el gobernante puede hacer marranadas, e hincharse de dinero, ¿por qué no hacer lo mismo?

Puede sentirse el mismo impulso cuando se es víctima de un crimen. ¿Por qué llevar una vida honesta, si a cada rato te van a extorsionar, si van a secuestrar a tus familiares, y la policía y el ejército no podrán protegerte? Puede aplicar aquella frase de “Si no puedes contra ellos, úneteles”.

Es un asunto complejo. Pensemos en el panorama de un joven del país, de Sinaloa o Tamaulipas, que no tiene recursos, ni educación. ¿En qué está pensando en este momento? ¿Admira al Chapo igual que al Chicharito Hernández o a Cuauhtémoc Blanco?

“Es la economía, estúpidos”. Y también la educación. Somos todos. ¿Qué estamos haciendo para detener la espiral de violencia? Para que nadie diga “quiero ser narcotraficante”. O ladrón. O secuestrador. ¿Basta con un cambio en el Ejecutivo? ¿Se va Calderón y se limpia en automático nuestra descomposición social?

Ayer asaltaron a una amiga en un centro comercial. Dos tipos la abordaron, la amenazaron con un arma, y la retuvieron durante unos minutos hasta dejarla en el estacionamiento. Le quitaron sus pertenencias, y además trataron de amedrentarla, diciéndole que conocían su domicilio.

¿Por qué ocurren estas cosas, y otras mucho peores? ¿Por qué nos acostumbramos a ellas? Sí, vas y denuncias. ¿Pero quién te asegura que los policías no están ligados con los grupos delictivos? Además, no sé su caso, pero la vez que denuncié un robo, me trataron como si yo fuera el criminal. Salí más asustado tras haber acudido a las autoridades.

Hay algo podrido. Algo que va más allá de quejarse del gobierno. Valdría la pena mirarnos al espejo, como sociedad, como mexicanos, y preguntarnos qué es lo que nos ocurre. ¿Nos importa respetar la ley? ¿Consumimos droga y luego nos quejamos por las balaceras? ¿Somos hipócritas?

Hasta aquí un poco de lo que pienso respecto a la situación que vivimos. Tal vez exagero. Hay quien afirma que el panorama no es tan desolador. Que es una percepción que se genera en los medios.

¿Ustedes qué opinan?

4 Comments:

  1. Jair Trejo said...
    Pienso que un problema importante en México es esa falsa dicotomía: O estudias una carrera universitaria o te dejas caer en las garras de la desesperación, la miseria y el crimen.

    Yo pienso que una carrera universitaria no es para todos. Y que lo que falta en el país son opciones para que la gente que quiere llevar una vida honesta, productiva, y hasta destacada o exitosa, pueda hacerlo con un título universitario o sin él.
    Rubo said...
    Pues es complicado, obviamnte no habrá un solo cambio mágico que arregle todo. Yo creo que se debe fomentar principalmente la creación de escuelas y oportunidades de trabajo. ¿Cómo? Pues eso sí quién sabe.
    Soron said...
    ...me parece que el grueso de la población está esperando a un "caudillo" que los saque de su estupor y los dirija hacia el progreso; pero ésto tiene una razón de ser: ignorancia, y no lo digo de forma peyorativa puesto que el promedio de escolaridad en nuestro país es la educación primaria y en el mejor de los casos la secundaria. Ciertamente uno de los principales factores es la clase política (como alguna vez expresé en mi blog) que ha dejado que sectores clave para el desarrollo de nuestra sociedad -y por tanto del país- se deterioren ya sea que fuese por falta de recursos o por intereses muy particulares. Me refiero a el sector productor de bienes, particularmente el agropecuario: el cual debiera cubrir el consumo nacional; y la educación pública: que debería sentar las bases para la generación de ciencia y tecnología, las cuales a su vez generan empleos e impulsan la economía. Sin embargo la clase política y los delincuentes han llegado tan lejos porque como sociedad se lo hemos permitido.
    Anónimo said...
    Well... that's very interessting but to be honest i have a hard time seeing it... wonder what others have to say..

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