Primero fuimos al Dober. Ahí nos topamos con un enanito emo que cantaba rolas de INTERPOL. Luego no sé por qué pero me nació del alma iniciar un slam. Me tumbaron y perdí un tenis. En segundos lo recuperé y seguimos celebrando, porque el objetivo era hacerle la despedida de soltero a un friend que se nos casa próximamente (¡suerte viejito!)
Y después… después caminamos un largo trecho tratando de encontrar el Museo de Astronomía. Pero ay, ya ya ya. Nunca pudimos orientarnos y un canto de sirenas nos llevó hasta un bonito lugar donde las mujeres son amables si tu cartera también lo es.
Y qué barbaridad. Había que ver qué lindos son los tobillos de estas danzarinas amantes del tubo y los tacones altos. En verdad quedé maravillado por esa parte de su anatomía. Aunque el resto de los tablefans (que en su mayoría eran dones como de 40 años) parecía emocionarse más cuando las tangas volaban y los tetámenes se liberaban del yugo del sostén.
Fue una noche bastante educativa. Ni duda cabe. Sólo les pido que no le cuenten a mi mamá porque entonces sí me deshereda y no queremos eso, ¿verdad? ¿VERDAD? Aunque de hecho nos portamos bastante bien. Sólo estuvimos como los chinitos, nomás milando. Y hasta eso llegamos temprano a casa. A las 6 am.
Les dejo el carrusel de imágenes que pude capturar ayer. Me voy a dormir un rato. Ya hace falta.
saludos
Tu amiga es Ashlee Simpson?