Tardé tres semanas en leer las casi mil páginas de esta novela escrita por Haruki Murakami, pero cada una de esas noches de lectura después del trabajo valieron mucho la pena (ni me dolió perderme las películas puercas que pasan bien tarde en el Golden Choice 2) .

Mis expectativas respecto a esta historia eran muy altas porque antes ya había leído Tokio Blues, escrita por el mismo autor japonés.

Y aunque desde mi muy humilde punto de vista Crónica del Pajarraco no supera a TB , creo que también tiene lo suyo.

En ningún momento me sentí defraudado.

Digamos que es como fajotear con una rubia o con una morena, son distintas, aunque a la mera hora tienen los mismos elementos que te hacen disfrutar.

Me explico.

La Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo arranca cuando Tooru Okada se encuentra preparando espagueti y recibe una llamada de una mujer bien jariosa que quiere que le digan cosas guarras (ella le dice que tiene las piernas abiertas y que su sexo está “como mantequilla caliente derretida”).

Luego de este incidente, Tooru se saca mucho de pedo, pero su desconcierto crece todavía más cuando su esposa, Kumiko, huye de casa por razones que no explicaré aquí.

Lo último que recuerda de ella es su espalda blanca y suave al momento en que le ayudaba a subir el cierre de su vestido.

De ahí parte el conflicto de esta novela.

Tooru busca afanosamente a su esposa y pasa por toda una travesía que incluye a May Kasahara, una morra de 17 años que trabaja para una fábrica de pelucas y que se la pasa pensando en la muerte y sus consecuencias en la vida.

Tanto en Tokio Blues como en La Crónica del Pájaro hay un protagonista masculino que obviamente representa al propio Murakami.

Estos personajes centrales (Tooru Okada y Toru Watanabe, nombres parecidos ¿verdad Karifriend?) tienen a su alrededor a féminas que determinan gran parte del relato.

La semejanza entre Midori, de Tokio Blues, y May Kasahara, de la Crónica del Pájaro, me parece evidente.

Las dos están medio zafadas, pero al mismo tiempo son espontaneas y libérrimas, además de que tienen cierta fijación por desnudarse a la menor provocación (recomiendo la parte en la que May se quita la ropa para “mojarse” las tepalcuanas con la luz de la luna, esto mientras observa “la sombra de sus lágrimas”).

Ahora, en cuanto a las diferencias entre ambas novelas, pues en primer lugar resalta la extensión de las mismas.

En la Crónica del Pájaro, Murakami se da tiempo para soltar todo su debraye y establecer un mundo alterno en el que fluyen historias paralelas como la del teniente Mamiya, quien observa cómo despellejan vivo a uno de sus compañeros de milicia.

Además el relato está permeado por situaciones que le encantaría presentar a Carlos Trejo, ya saben, cuestiones del tipo “paranormal”, lo que contrasta un poco con el realismo que percibí en Tokio Blues.

Y bueno, creo que este post ya es kilométrico así que hasta aquí le paro.

Obvio recomiendo mucho esta novela, tiene imágenes muy chidas, como esa de que Tooru se sentía triste y solo, como una lechuga en el fondo del congelador. Ja.

Si alguien quiere que le preste el libro, nomás me avisan y ya.

El único requisito es que me presten uno a cambio.

Ay nos vidrios hasta mañanita.

BONUS TRACK...

Y ya que hablamos de la tierra del sol naciente... encontré un video en el que una chica japonesa dobla y finalmente rompe un tenedor con el trasero. No digo más. Chequen:


www.Tu.tv

8 Comments:

  1. Karina said...
    ¡Ya quiero leerla! Oye Gansofriend, Midori no aflojaba nomás porque sí, ya quisieras hallar una como ella, ¡qué maloooo eres!

    A ver, ¿qué quieres? Tengo:
    1. La insoportable levedad del ser, de Milán Kundera.
    2. Lolita, de Nabokov.
    3. La novia oscura, de Laura Restrepo.
    4. Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta (mira, no es LA novela. Sin embargo, Mastretta retrata a la mujer contemporánea en un contexto tan, tan añejo.

    Espero con ansia la película, nomás pa'viborear, es que a veces hacen de las buenas historias cada porquería que dices 'Señor, perdonales. No saben lo que hacen')

    ¿Cómo la ves? Escoge, es más el lunes personalmente te lo llevo al nuevo estanque, hombre-pato, que andaré por allá, jojo.
    Conejitocisne said...
    Yo leí Historia de una Máscara.
    Si es del mismo wey, verdad?
    Déjame reviso, no vaya yo a verme más pendejo de lo que soy.

    Ahhh no, no es el mismo. Que bruto soy. Bueno, es que suena a japonés el autor, así como el tuyo. Y también habla de perversiones.

    El caso es que si la quieres leer, yo la tengo, te la puedo rolar.

    Y sin nada a cambio. achu cof como karina cof achu.
    Conejitocisne said...
    Por cierto, acabo de ver el video.

    Chale.

    Yo que desperdicio mi trasero estando aplastado visitando blogs cuando podría estar aprendiendo a hacer eso.

    Por cierto, cuándo vas a hacer un post sobre tu nuevo lugar de trabajo? O acaso ya se apoderó de ti la cláusula de aquello-que-no-debe-ser-nombrado?

    jeje
    tazy said...
    chiales, porqué todos pueden leer chorronales de libros y yo no puedo acabar el mío por más que quiero?
    ( I_I ) said...
    Yo estoy leyendo la fiesta del chivo. Apenas lo empecé y ya quiero que maten a Trujillo.
    Karina said...
    -perdón Ganso-

    Conejitooooo:

    Permíteme comentarte que cuando descubrí que Ganso estaba leyendo Crónica de..., le dije que me lo prestara y como por ahora soy pobre no puedo adquirir 'Kafka en la orilla', también de Murakami, entonceeeeees, es justo que le ofrezca algo ¿ok?

    Ash, esta gente :D
    tazy said...
    jojojo, "el estanque"
    ElHumilde said...
    “Porque no pido para Haití, porque yo pido para Mí”

    Te pido ayuda para poder comer. ¡GRACIAS!

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