Yo no sé si a ustedes les pase lo mismo, pero a mí me angustia un chingo ir a cortarme el cabello.

En primer lugar, no me late el hecho de que ahora uno tenga que acudir a una “estética unisex”, generalmente atendida por una damisela con rayitos o por un hombre afeminado (¿acaso conocen a un estilista que tenga pinta de heterosexual?).

Desmiéntanme si estoy equivocado, pero creo que ya no existen aquellas peluquerías (¿barberías?) en las que un señor bigotón y con bata como de enfermero, o de vendedor de carnitas, se hacía cargo de tu greña mientras tú podías platicar con él “temas de hombres”, como el futbol o las fotos de la encueratriz de moda.

Eso es un problema para mí, porque cuando la estilista quiere hacerme plática (lo cual parece obligatorio) nomás no encuentro temas que podamos desarrollar. Eso provoca silencios incómodos, que sólo se ven interrumpidos por preguntas como: “¿y la patilla, joven, cómo va a ser?”

Otro asunto que me desespera de las estéticas es tener que esperar varios minutos para ser atendido, porque antes de ti ya hay un montón de señoras con traseros bofos que quieren hacerse base, tinte y demás merequetengues.

Las muy ilusas piensan que la estilista las puede dejar como Maribel Guardia o como Ninel Conde, pero el resultado final casi siempre es lamentable. El horror, el horror...

Para colmo la literatura de las estéticas, que podría hacerte la espera un poquito más amena, resulta muy monótona. Sí, puedes chutarte unas cuantas páginas del Tv y Novelas para saber quién se operó las chichis durante la semana, pero carajo, pienso que no estaría mal que incluyeran en su catálogo lecturas más masculinas. Tal vez novelas de Bukowski, la Playboy, unos cuentos de Cortázar, no sé, algo más variadito.

Ya cuando te sientas y te colocan encima una especie de babero, me pone muy nervioso el momento en que te piden indicaciones sobre cómo será tu corte. Hace un rato, por ejemplo, fui a la estética (pfff) y me tocó la fortuna de que la chica nueva, una guapa y risueña morenita, se hiciera cargo de mi cráneo.

Su novatez hizo que tardara como dos horas en hacerme el corte. Y sí, pueden pensar que es agradable tener una mujer guapa al lado durante ese tiempo, casi casi haciéndote piojito, pero a mí me perturba pensar que a fin de cuentas es una extraña que se mete con una parte de tu cuerpo. ¡Es casi una violación!

Además la fémina en cuestión se la pasó haciéndome preguntas como: “¿Con qué número la máquina, quiere 1, 2 o 3? ¿Va a quererlo desvanecido? ¿Está seguro de que así de largo? ¿Lo entresaco? ¿Qué tipo de contorno?”

“¡Maldita sea, no sé de qué está hablando!”, pensé en gritarle. “¡La señora que me atiende siempre ya sabe cómo me gusta! ¡Sólo lo quiero como Brad Pitt!”

Pero no, no hice eso, tan sólo me limité a improvisar indicaciones y la verdad es que el resultado no fue tan desastroso (aunque ahora luzco como José Luis Rodríguez). Pero aún así salí intranquilo del lugar, con las manos sudorosas, hecho un lío.

Me pregunto si existirá un término para designar la fobia a cortarte el cabello. ¿Será greñofobia? ¿Pelofobia? No sé. Realmente he pensado que sería una bendición quedarme calvo con tal de no pasar por estos suplicios.

7 Comments:

  1. Rackve said...
    Segun yo si existen esas peluquerias de antaño, y creo que hay una en insurgentes. Y en cuestion a los peluqueros o estilistas, a la estetica donde voy, el chavo segun yo si es heterosexual, ja, el calendario que me dio tiene una vieja posando en un carro, además las revistas que tiene son maxim, la h, maxim extremo, y las de cajon tvnotas y esas madres, además las platicas son muy ñeras, pasa por la ventana una vieja y para hacerte la platica te dice: le dabas??. ahhh!! un comentario muy largo mejor hare un post sobre esto.
    Taquero Narcosatánico said...
    ¡Muchos signos de admiración en este post!

    A mí ni me gusta que me agarren el cabello, así que mi odio a las estéticas es peor. Y a mi me gusta como el buki.
    Abigail Mendoza Morales said...
    Claro! Brad Pitt... ya decía yo que te parecías a alguien famoso! ;), extrañaré ese corte.
    tazy said...
    "pienso que no estaría mal que incluyeran en su catálogo lecturas más masculinas. Tal vez novelas de Bukowski, la Playboy, unos cuentos de Cortázar"

    no te hagas, si tienes la colección completa de TVNotas y lees con vehemencia Hola y Caras ¬¬

    y a todos nos va mal. Mis indicaciones son : eh, corto pero no tanto, moderno pero no acá loco... ahora que ucando me lo pintaron casi lloraba de nervios
    Chilangelina said...
    Así que Cortázar es lectura "masculina" y TV Novelas es lectura "femenina".
    Siempre hay un resquicio por donde se les asoma el machito interno.
    Janus said...
    En metro Romero Rubio, del lado de la colonia Moctezuma, está un señor que tiene su barbería junto con sus hijos desde que esa zona se caracterizaba por ser sede de los baños del peñon. Ahí se cortaban el pelo mi abuelo, sus hijos y ahora, de vez en cuando, sus nietos. su literatura se limita a "la prensa", fotonovelas porno, el libro vaquero y el condorito de 1983; las pláticas se limitan a "¿cómo va a querer la patilla?" y cortan en chinga.
    Como ya vi que eres mi vecino no creo que te quede tan lejos.
    El R. said...
    Chila ya me regañó porque dice que se me sale "el machito interno".

    Y Tazy me quemó al contar el secreto que le dije que nunca contara.

    Tenían que ser mujeres...


    Ejem, sí, gracias Janus, es un gran tip. Un lugar así es justo lo que estoy buscando.

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